DEL CUARTO DE LOS BICHOS AL RINCÓN DE PENSAR.
Mi bisabuelo fue maestro de escuela en un pueblo muy pequeño a orillas del Guadiana. Le llamaban Don Eladio. Un señor alto, con un gran bigote y sombrero de fieltro. Hace tiempo, un anciano zapatero, que ya falleció, y que fue alumno suyo, me comentaba lo buen maestro que fue, cariñoso y recto a la …