Había una vez…una vez Que a fuerza de ser contada Se repitió tantas veces… Que se volvió realidad Y entonces el hada Titania, se acercaban a la Tierra de los Mortales Traía Titania un libro extraño. Un libro que no tenía imágenes. Un libro que no tenía letras. Un libro que no tenía páginas. Un libro que si mirabas dentro de él veías el Corazón del Tiempo. En nuestra memoria castillos, fuentes, cuevas, animales, bosques, flores, niños perdidos, niñas valientes, príncipes encantados, montañas, desiertos, océanos, brujas, hadas, duendes, fantasmas, acertijos, disparates, hechizos, secretos, cucharas de madera, calderos, susurros, gritos, risas, música, danzas, idiomas extraños.. Respiremos, escuchemos las historias que hombres y mujeres han tejido a lo largo de los siglos. Titania os espera para contároslas.
Todos los cuentos tienen una «Puertecita» por donde nos podemos colar en él y vivirlo
Si logramos encontrar esa “puertecita” (todos los cuentos la tienen), todo lo demás (juego, danza, emociones…) se sucede naturalmente. Esta concepción del trabajo nos ha permitido ser dúctiles y adaptar los cuentos a espacios abiertos como parques y espacios singulares y espacios cerrados como teatros, bibliotecas, aulas o platós de televisión.
¡¡ Luz, sol y viento ... que se abra este cuento !!